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Una corta historia sobre un

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Pipe182motaS's avatar
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Andrés era un joven poco interesante, sin una apariencia muy agradable, no se vestía bien, como dirían por ahí, un joven sin chiste ni gracia; uno de sus pasatiempos favoritos era ir al supermercado y ver cuantos paquetes de salchichas traían semanalmente, en resumen, era un joven extraño.

A los 19 años decidió dejar de ir a la universidad y se dedico a escribir un diario sobre si mismo y a comparar su vida con la vida de otras personas. Seleccionaba personas al azar y las seguía durante un tiempo, averiguaba donde trabajaban, que hacían, quienes eran sus amigos, que era lo que más les gustaba, sus rutinas, sus vicios, sus secretos y siempre intentaba recolectar algún objeto personal de de sus acechados.

Cerca de la mitad del año 2006 sufrió un ataque de pánico causado por una extraña paranoia que surgió en su ser, debido a una supuesta conspiración de los conductores de todos los taxis amarillos en su contra, así fue como dejo de lado su diario y se dedico a su recuperación. Al salir del internado, no sabia que hacer con su vida, intentó conseguir un trabajo de mesero en un bar de la zona rosa pero no obtuvo resultados positivos, a menos que contemos esa vez cuando besó a la gerente del establecimiento donde solo fue insultado y nadie intento golpearlo.

Un día en el supermercado, notó que una mujer lo estaba observando, bastante extrañada, pero no podía quitarle la mirada de encima, el la miró y se lleno de un extraño sentimiento, solo quería verla caer contra una góndola y vomitar conejitos esponjosos, como en la historia aquella que había leído una vez en el internado; se echó a reír y no se dio cuenta de lo que sucedía a su alrededor, ya que rió durante horas sin parar, cuando dos guardias intentaron sacarlo del supermercado para poder cerrar.

En diciembre de 2006 comenzó a sentirse parte de algo más, sentía que no pertenecía a este mundo, solo pensaba en todas esas historias que había oído o leído, soñaba con tener manos grandes, navegar el mundo en un barco de papel, tener su propio minotauro de mascota, incluso hasta tener su propia flota de cohetes e incluso le inventó una marca, los llamaba cohetes Luisa, nunca había conocido una Luisa, no sabia como eran las Luisas, pero le gustaba esa marca para sus cohetes, una vez soñó que el era el hombre que no podía salir de su propio abrigo cuando intento ponérselo. Les recuerdo, era un joven extraño.

Cuando encontré su diario, recuerdo que la primera frase que leí atrapó mi atención sin ningún reparo, recuerdo que decía así:

“Sábado 30 de agosto.
Hoy no ha empezado bien, mi pan tostado se quemó, me quede divagando sobre la mujer del supermercado, la que debió haber muerto de miedo al vomitar los conejitos. No la recuerdo muy bien y no se describir el sentimiento que me causó, pero si pudo decir que no era bonita. Al salir de casa recordé que había botado las llaves hace días y la ventana estaba atascada, iba a llamar al cerrajero, pero también recordé
que no tengo teléfono ni novia, porque para qué teléfono si no tengo novia que me llame ¿Debería sentirme solo?
(Nota personal: Sentirme solo.)”


Recuerdo lo que pensé al leer esto, me dije a mi mismo, este hombre es un hombre extraño, ¿quien demonios quiere sentirse solo? Luego leí en el periódico la historia de un hombre en Yugoslavia que había regalado todas sus cosas en la plaza del pueblo para irse a vivir solo a las montañas, volví a pensar y me dije de nuevo a mi mismo, hay mucha gente extraña. Volviendo a Andrés, se preguntaran como se que se llama Andrés y no Camilo o incluso Gazpacho, la verdad, lo leí en su diario, sé que nunca lo hubieran imaginado.

A Andrés le gustaba caminar, aunque en realidad nunca lo hacia, sentía que no tenia tiempo, vivía ocupado con sus proyectos de vida imaginarios, le gustaba tocar la guitarra aérea (o sea solo fingir los movimientos como si estuviera tocando guitarra) aunque lo suyo no era la música, lo de el eran las salchichas, los empaques, las marcas, las medidas, los pesos, los tipos, las denominaciones, amaba las salchichas como amaba a…en realidad nunca leí nada sobre el amor, si me preguntan a mi, creo que por eso era tan raro, o tal vez por una infancia totalmente destruida y deformada por razones que desconozco y créanme, hay cosas que es mejor no saber.

Recuerdo mucho la última página que escribió Andrés porque me parece particularmente graciosa, siento como si hubiera sido parte de ese momento:

“Miércoles 3 de enero.
Voy en un bus comiendo una salchicha ranchera doble carne extra larga con relleno de queso y hay un hombre siguiéndome, se ha subido a 12 buses detrás de mi, me observa y no me deja comer mi salchicha ranchera doble carne extra larga con relleno de queso en paz, estoy asustado.
Se empezó a acercar, cada vez se sienta más cerca de mí.
Voy corriendo y ahora se me dificulta escribir, nos e por que lo hago, ahora me ataca y me dice que le entregue mi cuaderno, creo que lloraré…”


De ahí en adelante la letra es demasiado confusa y no entiendo nada, solo recuerdo que me tiro su salchicha y reí.


Ah si, también corrí.
joven extraño!!!



jajajaja, no me gusta kasi eskribir, nunka lo hago y espero nunka hacerlo, jajajaja, de lo mejor ke le pudo hacer a la literatura es alejarme lo mas ke pueda de ella, pero tenia ke eskribir lo ke kisiera pa una materia en la Universidad y me salio esto

ojala y aunke sea se rian

:)

EDIT: NADIE LA LEYO EN PDF ASI KE LA SUBO EN HTML A VER SI LLAMA UN POKO MAS LA ATENCION ;)
© 2007 - 2024 Pipe182motaS
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afpera's avatar
a no otra cosa me recordó esta historia que a una de las novelas que más me ha impactado: La Ciudad de Cristal de Paul Auster. Altamente recomendado, para Ud. joven escribiente.